En los tiempos que vivimos, la era del Kali Yuga, este momento en el que las tinieblas son removidas por la Diosa de la Ira para devolver la sensatez al mundo, nos encontramos multitudes de terapeutas, psicólogos, psiquiatras, astrólogos, maestros de sanación cuántica, lectores de auras y de vidas pasadas y también una multitud de engaños.
La definición del engaño, palabra procedente del latín es la siguiente: emana del latín, y más exactamente del verbo ingannare, que es equivalente a “enredar a alguien o burlarse de él”. Pero en realidad no creo que nadie pueda enredar a nadie, ni burlarse de nadie, más que de sí mismo: entiéndanme.
Para aquellos que no me conozcáis, soy astróloga y maestra de yoga y sanación, pero actualmente vivo en el júbilo de la ascensión planetaria en un valle y observo, analizo todas y cada una de las aportaciones derivadas del mundo de la espiritualidad y también, por qué no, de la pseudoespiritualidad en nuestra sociedad.
Con ello, quiero decir que me he pasado años no sólo haciendo consulta y dando clases, sino acudiendo a numerosas consultas y clases de todo tipo y estudiando, siempre estudiando. Es bien sabido, desde el psicoanálisis, que un buen terapeuta ha de ser también psicoanalizado y tratado por otros terapeutas y que un buen maestr@, nunca deja de aprender. Y bien, el resultado de diez años de experimentos en busca de algún buen astrólogo, en busca de algún buen terapeuta, en busca de un buen lector de registros o de lectura de tarot por ejemplo, ha sido la siguiente: Desde mi experiencia personal y bajo el minucioso análisis de una Luna en Virgo que ha analizado y sopesado todos los detalles, concluyo : en el mundo actual en el que vivimos existen un 2% de terapeutas que en realidad sean buenos terapeutas y por qué no decirlo, el 98% de los terapeutas, astrólogos, lectores de vidas pasadas son un absoluto fraude.
Con fraude quiero decir lo siguiente:
En primer lugar el fenómeno de la contratransferencia, cuyo padre conocido es Sigmund Freud, no ha sido integrado en la sociedad ni en el colectivo de terapeutas por la mayoría. No es un concepto que esté en boga de ningún terapeuta y con ello, nos encontramos el grosso error de fondo de la mayoría de terapeutas que es no saber diferenciar el flujo inconsciente de información derivado del paciente o el consultante. Hay una mezcla de información derivada de la consulta (de cualquier tipo) que acaba siendo proyectada en el consultante o paciente y en el terapeuta (véase psicólogos, astrólogos o biodescodificadores). Es muy fácil caer en las reacciones transferenciales informativas derivadas de consulta, y es por ello, que la mitad de las terapias tienen el mismo efecto que beberse un vaso de agua inservibles para cualquier tipo de búsqueda de equilibrio personal en la vida de una persona que, por la causa que sea, está en búsqueda de la resolución de algún conflicto. En el sector de la astrología, es muy fácil llegar al punto de entrar en fenómenos contratransferenciales, y ésto suele suceder por la falta de un protocolo serio y por la falta de fuentes rigurosas o de métodos fundamentados en la Astrología más tradicional, en líneas generales. Resultado: el astrólogo o el biodescodificador acaba proyectando, el consultante también y nada sirvió de nada.
En segundo lugar el fenómeno de la pseudoespiritualidad es una epidemia tan extensa como la proliferación de hongos en los bosques gallegos o como la extensión de las mafias en los países subdesarrollados o las pateras en el Océano Atlántico. La pseudoespiritualidad viene a decirnos qué, todo aquello que no tengo, me lo invento, le pongo un poco de perejil y te lo envuelvo para regalo. Es decir que ahora ya no practicamos pranayama, ya no practicamos dhyana, ya no practicamos dharana. Practicamos: mindfulness, que es así como tener la mente vacía todo el día. Algo parecido a ser tontolaba vamos.
Ahora ya no hacemos una sadhana (práctica espiritual) para conectar con nosotros mismos, con nuestro guía interno, con aquello que está por encima de nosotros. Ahora nos ponemos unas mallas, nos sacamos un selfie y damos clases de hot yoga. Yoga a 40 grados y los músculos bien deshidratados.
Ahora, cuando vas a una consulta de un astrólogo o de un tarólogo, resulta que las cosas cambian a cada instante, cosas de la física cuántica, lo cuál también puede acabar provocando graves trastornos psiquiátricos, que ¿por qué no? pueden ser tratados con pastillas, así como el déficit de atención o la hiperactividad.
¿Cuál es la verdadera espiritualidad entonces? La verdadera espiritualidad, el verdadero conocimiento es aquél que emana del corazón y que no puede ser explicado con palabras.
Existe la buena astrología, existe el Yoga real, existen los sanadores eficaces, pero están en peligro de extinción. Es por esto, que temporalmente, me he bajado de esta sociedad. Porque echo de menos la ética, porque echo de menos la profesionalidad, porque echo de menos los métodos rigurosos, porque echo de más ver tanta tontería e invención y echo de menos más esencia. Os animo a practicar una técnica muy sencilla y la más espiritual de todas. Levántate, respira, y si se te olvida respirar a lo largo del día, vuelve a respirar, pero con consciencia. Y escucha, siempre a tu corazón. Ahí, están todas las respuestas del Universo.
Nazaret Hermida.